Ínsula Productora nace de la necesidad de generar otra forma de interacción entre las personas que consumen música regional y quienes la producen; consideramos que desde un tiempo hasta ahora, existe un énfasis en las redes sociales al momento de mover la música de autor. Desafortunadamente, en esa dinámica, nos encontramos con por lo menos dos situaciones. La primera es que el círculo no se expande; cuando compartimos nuestra música llegamos exactamente a las mismas personas (evidentemente, no estamos hablando de pagos de publicidad) y estas mismas personas tienden a ser -curiosamente- músicos o músicas también. La verdad es que, al menos por nuestra parte ¡no queremos hacer música para músicos! Si no, para quienes gusten de escuchar simplemente. La otra situación es que a veces la persona que reacciona en las RRSS no es la que va al concierto o que genuinamente consume la música del artista (sí, a veces pasa, pero convengamos en que si tienes 1000 seguidores en Insta, ¿No deberían ir a verte AL MENOS 100 personas a tu show? ¿No deberías vender artículos de tu banda a AL MENOS a 200 clientes?¿No deberías editar AL MENOS 600 discos y venderlos todos? ¿No deberías tener AL MENOS 800 reproducciones mensuales?).

Estas reflexiones son mucho más profundas claramente. Habrá contraargumentos y habrá quien exponga incluso que ya existen estrategias para evitar o subsanar las situaciones antes mencionadas (a menudo se solucionan invirtiendo dinero) no obstante, no es la idea desarrollar una tesis sobre la cuestión. Aún así, queremos compartirles estas y otras razones de peso y a lo que apostamos: Para intentar romper el círculo de personas a las que llegamos, hemos ido a por ciertas medidas. Entrar a la radio con programas como “Tu Playlist” o “Escuchemos un Tema” nos permitiría llegar a la audiencia que disfruta los medios tradicionales. Pagar publicidad para ciertos eventos hará que lleguemos a un público por descubrir. Tener redes sociales y página web nos asegura además los primeros pasos a la profesionalización de este medio en el que tantos años hemos estado. Tener un “Boletín Musical” en formato físico nos impulsará a llegar a otro tipo de público que no necesariamente está esperando algo de las bandas/solistas/intérpretes de la región (y sorprenderles de sobremanera con todo el material que hay en el boletín, es una forma de atraparlos y hacerles adictos al arte que aquí se desarrolla).

Es más que necesario expresar que los resultados serán a largo plazo; los procesos para medir si esto está sirviendo o no aún no los desarrollamos bien y serán las mismas personas involucradas en esto quienes nos indiquen si algo ha cambiado en sus dinámicas musicales e interacciones entre músico/público. Si aumentan las personas en sus conciertos, o aumentan las reproducciones en internet o si sube la cantidad de seguidores… ¿Cómo sabremos finalmente si esta iniciativa ha aportado a ese desempeño? Es imprescindible saber, de otra forma no tendría sentido seguir invirtiendo tiempo, espacio y cansancio en estas ideas que parecen atractivas para algunos pero no tan efectivas para otros.

Finalmente, el hecho de que estas plataformas e iniciativas estén a disposición de todos y todas quienes trabajamos en y para la música, nos permite fortalecer las relaciones entre quienes protagonizamos la ESCENA MUSICAL regional, dado que cualquiera puede acercarse y enviarnos material para que podamos generar esta difusión que por primera vez en la historia de la región está desplegada por gran parte de Magallanes (Punta Arenas, Porvenir, Cerro Sombrero, Timaukel, San Gregorio, Laguna Blanca, Puerto Natales, etc.) Quien no quiera participar de todas estas iniciativas será porque derechamente no quiere o no le interesa (es increíble la cantidad de personas que nos han dejado en visto o que simplemente no han enviado nada de lo que solicitamos para moverlos a través de estas iniciativas). En fin, acá nos ayudamos entre todos/as pero no rogamos a nadie.

2024 fue un año de objetivos concretados. Tenemos la dicha de poder presentarles un resumen de todo lo que pudimos hacer desde y para la música en Magallanes en un formato distinto. Esto se hizo a pulso, con dedicación y con la tranquilidad de haber aportado a un círculo que tantas satisfacciones nos ha dado en el escenario; porque somos músicos y músicas que hemos aprendido y nos hemos desarrollado en esta región.